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Ich heisse Víctor Rojas und habe etwas zu sagen

La mediterraneidad boliviana entra en una nueva fase

La mediterraneidad boliviana entra en una nueva fase

El Mercurio 03/06/07 

Ernesto Videla relata las gestiones que tuvieron a Bolivia más cerca que nunca del mar:
La verdad de las negociaciones de Charaña

Ernesto Videla

A la luz de la última propuesta peruana para lograr una salida de Bolivia al Océano Pacífico, el ex vicecanciller del gobierno militar rememora paso a paso las negociaciones que sostuvieron Santiago, La Paz y Lima entre 1975 y 1978. Y cómo el más serio y audaz esfuerzo por llegar a una solución definitiva se convirtió en un fracaso.




POR ERNESTO VIDELA

El canciller peruano ha opinado en torno a una salida al mar para Bolivia por una franja al norte de Arica que termine en una zona de soberanía compartida por Chile, Perú y Bolivia, en territorio incuestionablemente chileno. Como ha hecho referencia a las negociaciones derivadas del encuentro de Charaña entre los Presidentes de Chile, Augusto Pinochet, y de Bolivia, Hugo Banzer, resulta conveniente hacer algunas precisiones sobre ellas.

La referida cita presidencial, iniciativa del mandatario chileno, se efectuó el 8 de febrero de 1975 en la zona fronteriza de Charaña y Visviri. Acordaron normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países suspendidas desde abril de 1962 y firmaron un Acta que consagró el compromiso de continuar "el diálogo a diversos niveles para buscar fórmulas de solución a los asuntos vitales que ambos países confrontan, como el relativo a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia dentro de recíprocas conveniencias y atendiendo a las aspiraciones de los pueblos boliviano y chileno".

El 26 de agosto de 1975, Bolivia presentó una Ayuda Memoria con lineamientos para una negociación que consistía en lo siguiente:

1- "Cesión a Bolivia de una costa marítima soberana entre la Línea de la Concordia y el límite del radio urbano de la ciudad de Arica. Esta costa deberá prolongarse con una faja territorial soberana desde dicha costa hasta la frontera boliviano-chilena, incluyendo la transferencia del ferrocarril Arica-La Paz".

2.- "Cesión a Bolivia de un territorio soberano de 50 kilómetros de extensión a lo largo de la costa y 15 kilómetros de profundidad, en zonas apropiadas a determinarse, alternativamente, próximas a Iquique, Antofagasta o Pisagua".

3.- Elementos complementarios que deberían caracterizar tanto la cesión que se pedía al norte de la ciudad de Arica como la extensión territorial considerada en las zonas próximas a Iquique, Antofagasta o Pisagua.

El 12 de diciembre de 1975, el canciller chileno, Patricio Carvajal, dio respuesta verbalmente al planteamiento boliviano, y el 16, por nota diplomática, el Gobierno boliviano no sólo la aceptó, sino que la agradeció vivamente y pidió que le fuera entregada por escrito.

El 19 de diciembre el canciller chileno dio satisfacción a la petición boliviana. La nota en resumen decía lo siguiente:

A. Considerar la realidad actual sin remover los antecedentes históricos.

B. Chile desea un arreglo de mutua conveniencia que "contemplaría los intereses de ambos países y que no contendría innovación alguna a las estipulaciones del Tratado de Paz, Amistad y Comercio, suscrito entre Chile y Bolivia, el 20 de octubre de 1904.

C. Se contemplaría la cesión a Bolivia de una costa marítima soberana, unida a tierras bolivianas por una faja territorial igualmente soberana.

D. Chile estaría dispuesto a negociar con Bolivia la cesión de una franja de territorio al norte de Arica hasta la Línea de la Concordia.

Límite norte: Actual límite con Perú.

Límite sur: Quebrada de Gallinazos y borde superior Quebrada de Lluta, etc.

La cesión comprendería territorios terrestre y marítimo ubicados entre los paralelos de los puntos extremos de la costa que se cedería (mar territorial, zona económica y plataforma submarina).

E. Chile descarta por inaceptable la cesión de territorio al sur del límite indicado que pueda afectar la continuidad territorial del país.

F. La cesión a Bolivia estaría condicionada a un canje simultáneo de territorios, es decir, Chile recibiría a cambio de lo que entregue, una superficie compensatoria equivalente como mínimo al área de tierra y de mar cedida a Bolivia. Ese territorio que Chile recibiría podría ser continuo o distintas porciones de área fronteriza.

G. El Gobierno de Bolivia autorizaría a Chile a aprovechar la totalidad del río Lauca.

H. El territorio cedido por Chile sería declarado zona desmilitarizada y, de acuerdo a conversaciones sostenidas anteriormente, el Gobierno de Bolivia se obligaría a obtener la garantía expresa de la OEA respecto a la inviolabilidad de la franja territorial cedida.

I. Ambos Gobiernos se comprometerían a no ceder los territorios canjeados a una tercera Potencia.

J. Bolivia debería comprometerse a respetar las servidumbres a favor del Perú establecidas en el Tratado de 1929.

K. La validez de este acuerdo estaba condicionada al acuerdo previo del Perú de conformidad con el artículo 1 del Protocolo Complementario del Tratado.

Con la aceptación de las "bases" por parte del Gobierno boliviano, el 19 de diciembre Chile hizo la consulta al Perú.

En las negociaciones realizadas durante 1976 surgieron aclaraciones que hizo Bolivia y que se denominaron "aristas". Una de ellas fue acerca de la superficie marítima que se consideraría en el canje territorial. Chile aceptó circunscribirla a la distancia del mar territorial que a la fecha del acuerdo hubiese determinado el Derecho Internacional (La Conferencia del Mar estaba en desarrollo). Otro problema planteado por Bolivia fue el aprovechamiento de las aguas del río Lauca. Chile accedió a que fueran consideradas sólo las que corren por territorio nacional. El tercer punto referido a la desmilitarización de la zona también fue acogido por Chile limitándose a que se incluyera en el acuerdo sólo una declaración boliviana cuando se solicitara la garantía de inviolabilidad de la zona a la OEA.

El 31 de diciembre, el Gobierno peruano expresó la comprensión de las aspiraciones bolivianas para "alcanzar una solución jurídica al problema" y pidió los documentos intercambiados. Chile los transmitió el 7 de enero de 1976. Perú pidió realizar un análisis con Chile tanto en sus "aspectos jurídicos como en el ámbito de los intereses que corresponde apreciar a nuestros dos países". Luego decía: "Este análisis deberá estar referido al cumplimiento cabal del Tratado de Lima de 1929 y su Protocolo integrante, y habrá de considerar y evaluar las medidas encaminadas a afrontar el conjunto de situaciones emergentes de una eventual modificación del status peruano-boliviano de la región, así como la incidencia que dicha alteración tendría en la vida económica y social de los pobladores de esa zona al interrumpirse la continuidad territorial entre Tacna y Arica". Terminaba diciendo: "A juicio del Perú el examen del problema debe estar fundamentalmente orientado a la búsqueda de alguna solución que, por la justa consideración de los Derechos e intereses involucrados, constituya por sí misma garantía de paz permanente".

Así se desarrollaron dos ruedas de negociaciones entre representantes chilenos y peruanos. Estaba prevista una tercera en Lima, la que sin embargo no se realizó porque el Gobierno peruano el 18 de noviembre de 1976 entregó al chileno un Memorándum que en síntesis decía:

1. Cesión de Chile a Bolivia de un corredor soberano por el norte de la provincia de Arica, paralelo a la Línea de la Concordia, que se inicia en la frontera boliviano-chilena y se prolonga hasta lindar con la carretera de Arica a Tacna.

2. Establecimiento en la provincia de Arica, a continuación del corredor, de un área territorial bajo la soberanía compartida de los tres Estados, Bolivia, Chile y Perú, situada al sur de la frontera peruano-chilena, entre la Línea de la Concordia, la carretera Tacna-Arica, el casco norte de la ciudad de Arica y el litoral del océano Pacífico. (Dicha área, que tiene la forma de un trapecio, abarca unos 66 kilómetros cuadrados, de los cuales 50 kilómetros están comprendidos en el actual planteamiento chileno-boliviano).

3. Concesión a Bolivia del derecho a construir un puerto bajo su exclusiva soberanía, en el litoral del trapecio.

4. Soberanía exclusiva de Bolivia sobre el mar adyacente al litoral del territorio bajo soberanía compartida.

5. Constitución de una administración portuaria trinacional en Arica.

6. Establecimiento por los tres países de un polo de desarrollo económico en la zona bajo soberanía compartida, en el cual podrán cooperar financieramente otros Estados y organismos multinacionales de crédito.

El Gobierno chileno respondió al peruano el 26 de noviembre, declinando considerar el planteamiento, ya que implicaba una modificación clara y manifiesta de las cláusulas del Tratado de 1929 e incidía en materias propias de su exclusiva soberanía ni tenía relación con los términos generales de la negociación entre Chile y Bolivia. Y expresó que quedaba a la espera de la consulta formulada.

En diciembre de 1976, sorpresivamente el Presidente Banzer, en un discurso de Navidad, propuso que Chile modificara su planteamiento "eliminando la condición relativa al canje territorial". Luego, dijo: "Propongo, asimismo, al Gobierno de Perú que modifique su planteamiento referido al establecimiento de un área de territorio bajo soberanía compartida". Pretendía así dejar sin efecto la condición esencial de la negociación.

El 20 de diciembre de 1975 el Presidente reconoció en la televisión boliviana que las bases constituían un "éxito histórico"; el "trueque de territorios es parte de esa base fundamental"; "Creemos que cualquiera que sea el Gobierno (chileno) va a pedir trueque de territorios". El 14 de febrero de 1976 su Embajador en Santiago dijo: "Estimo que limadas las aristas y solucionados los problemas colaterales planteados en la respuesta chilena, le corresponderá al pueblo de Bolivia reconocer lealmente este triunfo irrefutable..."

El Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea boliviana el 15 de septiembre de 1976 dijo: "La base global de negociaciones da la idea de que pareciera ser la única forma de solución un trueque, porque es bien difícil que un país se avenga a regalar o ceder un territorio; hay que ser bien realista y no creo que el pueblo de Chile ni ninguno del mundo acepte un obsequio de territorios". Luego expresó que las FF.AA. estaban estudiando posibles áreas de trueque.

El 30 de octubre, el Consejo Naval Marítimo boliviano (CONAMAR) hizo público un documento en el que dijo: "No hay mutilaciones, sino canjes, pues cesión de territorios no es lo mismo que canje territorial. Por eso debemos insistir en aclarar las cosas. Daremos una extensión determinada y recibiremos otra de la misma extensión ganando acceso al mar. En las negociaciones diplomáticas, en cualquier parte del mundo, no siempre se llega a las soluciones ansiadas. La historia universal está llena de ejemplos de esta clase. Si se piensa en el canje es porque no hay más alternativa por el momento. Otra solución puede ser la guerra, pero conviene preguntarse serenamente y sin apasionamiento alguno si estamos en condiciones de precipitar un conflicto cuando no se dispone de recursos humanos ni materiales. Volvamos la vista a un pasado sumamente reciente, la Guerra del Chaco y sus dolorosas lecciones".

Durante 1977, el Gobierno chileno hizo nuevos esfuerzos para reanudar las negociaciones sin tener la acogida esperada. El 8 de septiembre, con motivo de la firma de los Tratados del Canal de Panamá, en Washington, los Presidentes de Chile, Perú y Bolivia firmaron una declaración donde anunciaron que instruirían a sus respectivas cancillerías para que continuaran los esfuerzos destinados a solucionar el problema. El 29 del mismo mes se reunieron en Nueva York los respectivos ministros de RR.EE. y convinieron que designarían sus representantes. El 21 de octubre, el ministro peruano anunció que una vez que Chile y Bolivia llegaran a un acuerdo se consultaría al Perú.

El 17 de marzo de 1978 Banzer le envió una carta al Presidente Pinochet en que le comunica que ha decidido suspender las relaciones diplomáticas con Chile.

Con posterioridad el Gobierno peruano levantó la tesis de que había que convenir la delimitación marítima con Chile, en circunstancias que se encuentra consagrada en diversos instrumentos internacionales que ligan a las Partes.

Espero que esta síntesis de las negociaciones de Charaña sirva para recordar lo sucedido y haga meditar a aquellos que aún creen que existe una solución "imaginativa, novedosa o realista" para satisfacer la aspiración marítima reivindicacionista boliviana. De los negociadores bolivianos de esa época siempre escuchamos que las bases de negociación constituían el intento más serio hecho por gobierno chileno alguno.

Soberanía compartida: Lo que dijo el Canciller

Que "está abierto" a la posibilidad de que Bolivia reciba un territorio con "soberanía compartida" en territorio chileno que antes de la Guerra del Pacífico fue peruano, fue la polémica propuesta del Canciller del Perú, José García Belaúnde, el miércoles pasado.

Eso sí. Agregó que dicho planteamiento puede ser contemplado "si respetan las soberanías y derechos" que Perú tiene en la zona, en alusión a los derechos que su país posee sobre uno de los muelles del puerto chileno de Arica, que antes de la Guerra del Pacífico (1879-1884) perteneció a Perú. "Lo importante es que en el tema de la salida al mar de Bolivia, Perú ha sido claro en que no ha sido obstáculo", sostuvo.

Al día siguiente, morigeró sus palabras y sostuvo que la propuesta nació de un diplomático boliviano, pero la llama ya se había encendido.

Reacciones en Chile: Rechazo total

Canciller (s), Alberto van Klaveren: "Nosotros consideramos que estos temas no deben ser tratados por vías que no sean diplomáticas, y, en segundo lugar, nosotros no nos podemos hacer eco de especulaciones sin base".

Ministro Secretario General de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, respecto de los límites marítimos con Perú: "(es una) cosa que Chile considera zanjado definitivamente por distintos tratados y acuerdos internacionales...Todo eso hace más difícil cualquier eventual solución del problema de las reivindicaciones bolivianas".

Ministro Secretario General de Gobierno, Ricardo Lagos Weber: "Hay que esperar que esta postura sea oficial y habrá en su oportunidad una reacción del Gobierno chileno".

Alcalde de Arica, Carlos Valcarce (RN): "Entonces querían que Chile diera el mar ariqueño a Bolivia. Hoy lo reclaman como peruano aduciendo el derecho internacional. ¡No hay seriedad!".

Texto de la Presentación del Cónsul General de Bolivia, Sr. Roberto Finot P. al Libro de Víctor Rojas Vásquez

Es para mí motivo de particular complacencia el tener la oportunidad de presentar el libro de Víctor Hernán Rojas Vázquez: “Chile y Bolivia: Limitaciones y obstáculos que inciden en la relación bilateral 1975-1990” 

Realmente, mi permanencia aquí en Chile durante estos últimos cuatro años coincidió y se ha mantenido, de alguna manera ligada, al trabajo académico y de investigación al que Víctor se ha dedicado, por su parte, durante estos coincidentes cuatro años. Cuando se me invitó a trabajar en el Consulado General de Bolivia, como segundo hombre del equipo de trabajo que se estaba conformando al iniciarse el año 2003, mi primera observación fue que yo no era, precisamente, un experto, ni me había mantenido particularmente ligado al análisis y el estudio del complejo tema de la relación bilateral entre Chile y Bolivia. 

Durante más de treinta años de trabajo y ahora veinte años en el servicio exterior de mi país, me había dedicado, prácticamente en forma exclusiva, al tema de la integración.  Es decir a la coincidente participación de Bolivia en todos los acuerdos, convenios y tratados regionales y subregionales de integración en los que Bolivia, por su triple proyección hacia el Pacífico, el Plata y la Amazonía, se mantiene indiscutiblemente ligada.  

En tal sentido, cuando acepté la delicada responsabilidad de formar parte del equipo de trabajo del Consulado General de Bolivia en Chile, lo hice en el convencimiento de que la solución del problema de la reintegración marítima de Bolivia al Océano Pacífico se inscribía, inequívocamente, en el contexto de la integración. 
 
Esta convicción quedó inscrita, a mediados de los años setenta, con la publicación de un periódico especializado en los temas de la integración latinoamericana, bajo la denominación de: “El Integrador”. Esta quimera se constituyó en un proyecto unipersonal de difusión de los ideales y proyectos integracionistas, en un contexto político que pretendía dejar de lado el ideal integracionista que había empezado a forjarse entre nuestros países, al iniciarse la prometedora década de los años sesenta. 

Esta vocación por la integración, que me ha acompañado siempre, la compartí con Víctor Rojas a los dos o tres meses de haber llegado a Chile, fecha en la cual el autor del libro que presentamos hoy, era ya, un profundo conocedor de la historia de Bolivia y Chile, particularmente en todo cuanto se refería al curso de las negociaciones que se habían emprendido para la recuperación del acceso soberano de Bolivia al Océano Pacífico. 

Fue en ese contexto y oportunidad que tomé conocimiento de la decisión de Víctor Rojas de abordar este tema para su trabajo de tesis de Magíster.  

Esta identidad de un joven historiador chileno, con la problemática de la mediterraneidad de mi país, no pudo dejar de llamarme la atención, particularmente por la modestia y prudencia con la que se refieren a los temas más complejos, quienes conocen la complejidad del tema que están abordando.  

Por éstas y otras obvias razones, emprendí la lectura del libro “Chile y Bolivia: limitaciones y obstáculos que inciden en la relación bilateral 1975 – 1990” con mucho interés y al ir comprobando tanto la consistencia como la proyección de los juicios que se iban desarrollando en cada uno de los capítulos del libro, me sentí tentado, en más de una oportunidad, a pasar rápidamente al capítulo de las conclusiones que se iban perfilando.   Me felicito de no haber cedido a esa tentación, por cuanto la consistencia de esas conclusiones se encuentra sólidamente respaldada por la lectura de los cinco primeros capítulos del libro de Víctor Rojas.   

La claridad y la precisión con la que se exponen y se sustentan las ideas inscritas en este trabajo, hace que su lectura pueda ser fácilmente comprendida por todo aquel que se decida a emprenderla y éste es un mérito adicional que se encuentra en el libro de Víctor, sobre un tema plagado de complejidades e intentos por tergiversar o por forzar la lectura de los acontecimientos históricos a la coincidencia de los mismos con la arraigada visión, plagada de prejuicios, que con demasiada frecuencia se encuentra en la mayoría de los trabajos y estudios en los que se aborda esta temática que ha incidido y seguirá incidiendo, tan determinantemente, en el diario acontecer de la proyección y el desarrollo de Bolivia y Chile. 

Con el objeto de que todos los que han concurrido a la presentación de este libro tengan la oportunidad de disfrutarlo y de compartir el propósito del autor, no voy a destacar más que una de las identidades de pensamiento que encuentro reflejadas en esta obra y es la de que “LA INTEGRACIÓN ES LA CLAVE, NO HAY OTRA”.  Esta es la convicción a la que llega Víctor Rojas como culminación del análisis de la historia de un período concreto de negociaciones sostenido con uno de los gobiernos que, en forma más gravitante y determinante ha incidido en la historia, no solamente del siglo XX de la República de Chile, sino también en la de los inicios de este nuevo siglo. 
Pero el trabajo que presentamos hoy no se circunscribe solamente a la investigación y el análisis de la historia. Víctor Rojas incluye en tu trabajo la formulación de una propuesta realmente consistente y viable para la efectiva y definitiva solución del problema del enclaustramiento geográfico en el que se mantiene Bolivia desde hace 128 años. 

Para reafirmar lo que acabo de decir y para invitarlos muy sinceramente a leer todas y cada una de las páginas de este breve y consistente trabajo, quiero referirme con alguna precisión a algunos de los puntos centrales que han llamado particularmente mi atención. 

En primera instancia, la afirmación que hace el autor sobre que “Chile no renunciará jamás” a continuar la política que se conoce en Chile como “política boliviana”, a partir de los conceptos claros e indiscutibles, nunca suficientemente reiterados, que sostuvo el Ministro de Relaciones Exteriores y posteriormente Presidente de Chile durante la Guerra del Pacífico, Domingo Santamaría, quien fue categórico al precisar que “no olvidemos que no podemos ahogar a Bolivia, privada de Antofagasta y de todo el litoral que antes poseía hasta el Loa, debemos proporcionarle, por alguna parte, un puerto suyo, una puerta de calle, que le permita entrar al interior sin zozobra, sin pedir venia”. 

Otro de los conceptos inscritos en este trabajo y sobre el cual habrá que seguir meditando, es que “se observa como una constante de la política exterior del Estado chileno, buscar una solución” a este problema y si bien el trabajo que comentamos el día de hoy se refiere exclusivamente al período de los años 1975 a 1990, tal como señalé al iniciar estas palabras, el autor ha realizado una extensa investigación que ha abarcado el análisis de las diferentes opciones de solución que se han venido planteando para intentar resolver el problema del enclaustramiento marítimo en el que se ha mantenido a Bolivia.  

Asimismo, debo destacar que este trabajo tiene además el mérito de incluir en su análisis no solamente un período de la historia reciente, particularmente dinámico y complejo de la relaciones entre Bolivia y Chile, sino también el de los diferentes actores vecinales que incidieron y seguirán incidiendo determinantemente en el curso de las negociaciones que se decidan emprender entre Bolivia y Chile, para resolver el más que centenario problema que sigue interfiriendo, determinantemente, la consecución de los objetivos de desarrollo ya no solamente de Bolivia, sino también la consecución de los desafíos que Chile se propuesto alcanzar en esta nueva etapa de su desarrollo, como plataforma de las inversiones y el comercio del Asia Pacífico con América del Sur.  

Para concluir quiero reiterar que el trabajo de Víctor Rojas, además del mérito de la consistencia y de la rigurosidad en la investigación histórica, muy difícil de lograr en tan pocas páginas, tiene la virtud, adicional, de llegar a la formulación de una propuesta digna de tomarse en cuenta.  

En tal sentido, formulo una invitación a leer con atención el libro: “Chile y Bolivia: Limitaciones y obstáculos en la relación bilateral 1975-1990”, que nos entrega hoy Víctor Rojas y le deseo muy sinceramente el mayor de los éxitos en la consecución de las nuevas metas que se ha impuesto, un poco lejos de Valparaíso, Santiago y La Paz, pero hoy la única distancia que nos separa es la de unas teclas de computador, seguiremos en contacto y pendientes del resultado de los nuevos desafíos en los que me asiste el convencimiento que seguiremos coincidiendo.   

Gracias Víctor Hernán y mucho éxito.

En la Universidad de Valparaíso fue presentado libro sobre relación entre Chile y Bolivia

En la Universidad de Valparaíso fue presentado libro sobre relación entre Chile y Bolivia

Víctor Hernán Rojas Vásquez, autor del libro, fue elogiado por el cónsul general de Bolivia en Chile y por los académicos investigadores dada la consistencia de su texto, titulado “Chile y Bolivia: limitaciones y obstáculos que inciden en la relación bilateral: 1975–1990”.
En ceremonia organizada por el Instituto de Historia y Ciencias Sociales y el Centro de Estudios Latinoamericanos, CEL, de la Universidad de Valparaíso, se realizó la presentación del libro “Chile y Bolivia: limitaciones y obstáculos que inciden en la relación bilateral: 1975–1990”. El acto contó con la presencia del cónsul general de Bolivia en Chile, Roberto Finot; el director del referido Instituto y el CEL, Leonardo Jeffs; la académica e investigadora del Instituto de Estudios Avanzados, Idea, de la Universidad de Santiago, Loreto Correa, y el gerente general de Silob Chile, Jaime Lobos, además de académicos y estudiantes.

El profesor Leonardo Jeffs tuvo a su cargo la parte introductoria del acto, oportunidad en la que destacó la importancia de las relaciones bilaterales entre Chile y Bolivia y la relevancia de investigaciones que permitan un mejor conocimiento de esta realidad. De igual modo, destacó el aporte de la editorial encargada de estas publicaciones, como lo es Ediciones Peña Andina.

Por su parte, el gerente general de Silob Chile, Jaime Lobos, junto con destacar la calidad de esta publicación, destacó los lazos de amistad que lo unen a Bolivia y cuan importante es la integración de los pueblos.

En tanto, el cónsul general de Bolivia en Chile, Roberto Finot, quien reside en Chile desde hace cuatro años, señaló que “esta identidad de un joven historiador chileno, con la problemática de la mediterraneidad de mi país, no pudo dejar de llamarme la atención, particularmente, por la modestia y prudencia con la que se refiere a los temas más complejos”.

Añadió que “emprendí la lectura de este libro comprobando tanto la consistencia como la proyección de los juicios que se iban desarrollando en cada uno de los capítulos”. Asimismo, puntualizó que “la claridad y la precisión con que se exponen y se sustentan las ideas inscritas en este trabajo, hacen que su lectura pueda ser fácilmente comprendida por todo aquél que decida emprenderla”.

El representante diplomático del país trasandino indicó además que una de las identidades de pensamiento que encontró reflejadas en esta obra es que “la integración es la clave, no hay otra”, según afirma el autor del libro “Chile y Bolivia: limitaciones y obstáculos que inciden en la relación bilateral: 1975–1990”, Víctor Rojas.

También intervino Loreto Correa, a cargo del prólogo de este libro, quien destacó como primer mérito la pertinencia y la revisión exhaustiva de documentos de la época, textos, publicaciones y entrevistas a varias personalidades y expertos en el tema.

Asimismo, indicó que hay muchos puntos sobre los cuales meditar, puesto que hoy vivimos otra época donde se aborda el tema con otra perspectiva: “En la medida que nos acerquemos a Bolivia, vamos a ganar un amigo”, puntualizó.

Víctor Rojas, por su parte, fue enfático en señalar que no se hace pedagogía de la integración, que Chile es un país xenofóbico y que existe una falta de conocimiento mutuo; que la tolerancia activa poco se practica y que falta enseñar a transmitir los conocimientos que se tienen, en este caso, dijo, sobre los respectivos países.
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Área de Prensa
Fotografía: Silvia Villarroel


Publicado el 8 de mayo de 2007


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Dirección de Extensión y Comunicaciones
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Gracias, infinitas gracias

Gracias, infinitas gracias

Mis queridos amigos:

quiero agradecer infinitamente a cada uno de ustedes tanto a los que asisteron como a los que no (algún motivo justificable habrán tenido), por el rotundo éxito en la presentación de mi libro.

Gracias a Don Leonardo Jeffs Director de Instituto de Historia de la Universidad de Valparaíso, por haberme dado el espacio y la tribuna necesaria, a Don Jaime Lobos por su encomiable labor de apoyo incondicional, a mi casa SILOB CHILE, a Loreto Correa por su paciencia y al Cónsul General de Bolivia, Roberto Finot. Todos los aquí nombrados se dieron el tedioso trabajo de leer el libro para presentarlo y comentarlo con una generosidad sin límites.

A todos aquellos que se interesen en el libro y lo quieran adquirir, pueden adquirirlo en la librería crisis que se encuentra en Avenida Pedro Montt, frente al Congreso Nacional a un precio más que razonable.

Librería Crisis - Mario Llancaqueo Vera. Pedro Montt 2871. Fono 32-2218504, Valparaíso.

Agradeceré comentarios del libro

Gracias infinitas gracias, nuevamente.

Presentación libro de Víctor Rojas Vásquez

Presentación libro de Víctor Rojas Vásquez

Leonardo Jeffs Castro, Director del Instituto de Historia y Ciencias Sociales y del Centro de Estudios Latinoamericanos (CEL) de la Universidad de Valparaíso, tiene el agrado de invitar a usted (es) a la presentación del libroChile y Bolivia: limitaciones y obstáculos que inciden en la relación bilateral: 1975-1990” de Ediciones Peña Andina, de autoría del Profesor Víctor Rojas V. A realizarse el día lunes 7 de Mayo a las 19:30 horas en la Sala de Conferencias de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Valparaíso ubicada en 2 Norte #802, Viña del Mar. En ésta ocasión comentarán el libro Roberto Finot P., Cónsul General de Bolivia en Chile, Loreto Correa V., investigadora y docente del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago y Jaime Lobos C., Gerente General de SILOB-Chile. Su asistencia le dará realce a esta significativa ceremonia.  Viña del Mar, 24 de Abril del 2007

Nuevos rumbos

Nuevos rumbos


Fecha edición: 10/04/2007 10:06


El ministro boliviano de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, sostuvo que su país quiere "cerrar las páginas del pasado" para tener una relación "amigable, pacífica y respetuosa" con Chile.

"Queremos cerrar esas páginas y abrir más bien oportunidades para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas más sólidas, más consistentes, que nos den oportunidades para el desarrollo de cada una de nuestras naciones", dijo el ministro a la emisora de radio Erbol.

Quintana hizo estas declaraciones para destacar el homenaje de hoy se rendirá en Calama a Eduardo Abaroa, héroe boliviano de la Guerra del Pacífico.

Según Quintana, el homenaje amuestra que ambas naciones, bajo los gobiernos de los Presidentes socialistas Evo Morales y Michelle Bachelet están en "un punto de inflexión" de su historia, con "una nueva dirección en las relaciones bilaterales".

A su juicio, eso permitirá avanzar en el "largo camino" que debe recorrer Bolivia para reivindicar sus "legítimas aspiraciones" de una salida soberana al Pacífico.

Las relaciones diplomáticas están rotas desde 1978, cuando fracasó el anterior intento de negociación y sólo hay relaciones consulares.

Morales y Bachelet analizarán la próxima semana la relación bilateral, durante una reunión en el marco de la cumbre energética que se celebrará en la isla Margarita, Venezuela.

Una delegación boliviana encabezada por el ministro de Defensa, Walker San Miguel, y el comandante de las Fuerzas Armadas, general Wilfredo Vargas, viajó hoy a Calama para participar en el homenaje a Abaroa que organizaron las autoridades chilenas.

Según el director de la Academia de Historia Militar, general Luis Fernando Sánchez, es la segunda vez que Chile rinde homenaje a Abaroa, pues ya lo hizo en 1952.

"Los chilenos trasladaron los restos de Abaroa con honores militares a la frontera, donde los recibió nuestro Ejército", recordó Sánchez.

EFE

Histórico gesto chileno hacia Bolivia

Chile homenajea a héroe boliviano y abre puerta a relación plena con La Paz
Fecha edición: 10/04/2007 13:56


Chile rindió hoy en Calama un histórico homenaje al héroe boliviano Eduardo Abaroa, dando un paso clave en la desarticulación de los conflictos simbólicos y reales que traban las relaciones entre Santiago y La Paz desde la Guerra del Pacífico de 1879.

Los ministros de Defensa de Chile, José Goñi, y de Bolivia, Walker San Miguel, descubrieron en el vado de Topater una placa en honor a Abaroa y las tropas chilenas desfilaron frente al monolito.

El hacendado paceño enfrentó en esa zona en 1879 con cien hombres a un millar de soldados chilenos que anexaron Calama a Chile.

Esta es la segunda vez que el ejército de ese país rinde honores a su adversario. En 1952, lo hizo cuando sus restos fueron trasladados desde el Cementerio de Calama a La Paz.

La ceremonia es parte de un esfuerzo bilateral por construir gestos que faciliten el restablecimiento de relaciones a nivel de embajadores. Ellas están interrumpidas desde 1978, tras las fallidas negociaciones bilaterales para el regreso soberano de Bolivia al Océano Pacífico.

El coraje de Abaroa en la batalla de Topater, lo convirtió en uno de los máximos héroes en su país. Cada 23 de marzo en Bolivia se conmemora su muerte, celebrando el Día del Mar.

La leyenda de este hacendado creció luego que se negara a doblegarse ante los invasores. "¿Rendirme yo? ¡Que se rinda tu abuela, carajo!", gritó a las tropas chilenas.

Chile y Bolivia mantienen relaciones bilaterales históricamente conflictivas, debido a la Guerra del Pacífico de 1879.

Chistes peruanos sobre los chilenos

 

El presidente del Perú, Mariscal Ramón Castilla (1847-1861), sostenía que había que tener cuidado, mucho cuidado con los chilenos, decía: " si Chile se compra un barco de guerra, Perú debe comprar dos, si Chile compra dos, Perú debe comprar cuatro, si Chile compra tres, Perú seis, si Chile compra cuatro, el Perú se declara en bancarrota..."

 

Se reunen Michelle con Alan en Lima,

Michelle le dice a Alan:

¿Sabes? Tanto me encantó el Perú que me gustaría tener un departamento aquí

Alan le pregunta ¿Un Pent House? ¿Un Loft en Miraflores o en San Isidro?

 

Michelle le responde: no mi amigo, el departamento de Tacna con territorio marítimo incluido.

Plop!!!!