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La mediterraneidad boliviana entra en una nueva fase

La mediterraneidad boliviana entra en una nueva fase

El Mercurio 03/06/07 

Ernesto Videla relata las gestiones que tuvieron a Bolivia más cerca que nunca del mar:
La verdad de las negociaciones de Charaña

Ernesto Videla

A la luz de la última propuesta peruana para lograr una salida de Bolivia al Océano Pacífico, el ex vicecanciller del gobierno militar rememora paso a paso las negociaciones que sostuvieron Santiago, La Paz y Lima entre 1975 y 1978. Y cómo el más serio y audaz esfuerzo por llegar a una solución definitiva se convirtió en un fracaso.




POR ERNESTO VIDELA

El canciller peruano ha opinado en torno a una salida al mar para Bolivia por una franja al norte de Arica que termine en una zona de soberanía compartida por Chile, Perú y Bolivia, en territorio incuestionablemente chileno. Como ha hecho referencia a las negociaciones derivadas del encuentro de Charaña entre los Presidentes de Chile, Augusto Pinochet, y de Bolivia, Hugo Banzer, resulta conveniente hacer algunas precisiones sobre ellas.

La referida cita presidencial, iniciativa del mandatario chileno, se efectuó el 8 de febrero de 1975 en la zona fronteriza de Charaña y Visviri. Acordaron normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países suspendidas desde abril de 1962 y firmaron un Acta que consagró el compromiso de continuar "el diálogo a diversos niveles para buscar fórmulas de solución a los asuntos vitales que ambos países confrontan, como el relativo a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia dentro de recíprocas conveniencias y atendiendo a las aspiraciones de los pueblos boliviano y chileno".

El 26 de agosto de 1975, Bolivia presentó una Ayuda Memoria con lineamientos para una negociación que consistía en lo siguiente:

1- "Cesión a Bolivia de una costa marítima soberana entre la Línea de la Concordia y el límite del radio urbano de la ciudad de Arica. Esta costa deberá prolongarse con una faja territorial soberana desde dicha costa hasta la frontera boliviano-chilena, incluyendo la transferencia del ferrocarril Arica-La Paz".

2.- "Cesión a Bolivia de un territorio soberano de 50 kilómetros de extensión a lo largo de la costa y 15 kilómetros de profundidad, en zonas apropiadas a determinarse, alternativamente, próximas a Iquique, Antofagasta o Pisagua".

3.- Elementos complementarios que deberían caracterizar tanto la cesión que se pedía al norte de la ciudad de Arica como la extensión territorial considerada en las zonas próximas a Iquique, Antofagasta o Pisagua.

El 12 de diciembre de 1975, el canciller chileno, Patricio Carvajal, dio respuesta verbalmente al planteamiento boliviano, y el 16, por nota diplomática, el Gobierno boliviano no sólo la aceptó, sino que la agradeció vivamente y pidió que le fuera entregada por escrito.

El 19 de diciembre el canciller chileno dio satisfacción a la petición boliviana. La nota en resumen decía lo siguiente:

A. Considerar la realidad actual sin remover los antecedentes históricos.

B. Chile desea un arreglo de mutua conveniencia que "contemplaría los intereses de ambos países y que no contendría innovación alguna a las estipulaciones del Tratado de Paz, Amistad y Comercio, suscrito entre Chile y Bolivia, el 20 de octubre de 1904.

C. Se contemplaría la cesión a Bolivia de una costa marítima soberana, unida a tierras bolivianas por una faja territorial igualmente soberana.

D. Chile estaría dispuesto a negociar con Bolivia la cesión de una franja de territorio al norte de Arica hasta la Línea de la Concordia.

Límite norte: Actual límite con Perú.

Límite sur: Quebrada de Gallinazos y borde superior Quebrada de Lluta, etc.

La cesión comprendería territorios terrestre y marítimo ubicados entre los paralelos de los puntos extremos de la costa que se cedería (mar territorial, zona económica y plataforma submarina).

E. Chile descarta por inaceptable la cesión de territorio al sur del límite indicado que pueda afectar la continuidad territorial del país.

F. La cesión a Bolivia estaría condicionada a un canje simultáneo de territorios, es decir, Chile recibiría a cambio de lo que entregue, una superficie compensatoria equivalente como mínimo al área de tierra y de mar cedida a Bolivia. Ese territorio que Chile recibiría podría ser continuo o distintas porciones de área fronteriza.

G. El Gobierno de Bolivia autorizaría a Chile a aprovechar la totalidad del río Lauca.

H. El territorio cedido por Chile sería declarado zona desmilitarizada y, de acuerdo a conversaciones sostenidas anteriormente, el Gobierno de Bolivia se obligaría a obtener la garantía expresa de la OEA respecto a la inviolabilidad de la franja territorial cedida.

I. Ambos Gobiernos se comprometerían a no ceder los territorios canjeados a una tercera Potencia.

J. Bolivia debería comprometerse a respetar las servidumbres a favor del Perú establecidas en el Tratado de 1929.

K. La validez de este acuerdo estaba condicionada al acuerdo previo del Perú de conformidad con el artículo 1 del Protocolo Complementario del Tratado.

Con la aceptación de las "bases" por parte del Gobierno boliviano, el 19 de diciembre Chile hizo la consulta al Perú.

En las negociaciones realizadas durante 1976 surgieron aclaraciones que hizo Bolivia y que se denominaron "aristas". Una de ellas fue acerca de la superficie marítima que se consideraría en el canje territorial. Chile aceptó circunscribirla a la distancia del mar territorial que a la fecha del acuerdo hubiese determinado el Derecho Internacional (La Conferencia del Mar estaba en desarrollo). Otro problema planteado por Bolivia fue el aprovechamiento de las aguas del río Lauca. Chile accedió a que fueran consideradas sólo las que corren por territorio nacional. El tercer punto referido a la desmilitarización de la zona también fue acogido por Chile limitándose a que se incluyera en el acuerdo sólo una declaración boliviana cuando se solicitara la garantía de inviolabilidad de la zona a la OEA.

El 31 de diciembre, el Gobierno peruano expresó la comprensión de las aspiraciones bolivianas para "alcanzar una solución jurídica al problema" y pidió los documentos intercambiados. Chile los transmitió el 7 de enero de 1976. Perú pidió realizar un análisis con Chile tanto en sus "aspectos jurídicos como en el ámbito de los intereses que corresponde apreciar a nuestros dos países". Luego decía: "Este análisis deberá estar referido al cumplimiento cabal del Tratado de Lima de 1929 y su Protocolo integrante, y habrá de considerar y evaluar las medidas encaminadas a afrontar el conjunto de situaciones emergentes de una eventual modificación del status peruano-boliviano de la región, así como la incidencia que dicha alteración tendría en la vida económica y social de los pobladores de esa zona al interrumpirse la continuidad territorial entre Tacna y Arica". Terminaba diciendo: "A juicio del Perú el examen del problema debe estar fundamentalmente orientado a la búsqueda de alguna solución que, por la justa consideración de los Derechos e intereses involucrados, constituya por sí misma garantía de paz permanente".

Así se desarrollaron dos ruedas de negociaciones entre representantes chilenos y peruanos. Estaba prevista una tercera en Lima, la que sin embargo no se realizó porque el Gobierno peruano el 18 de noviembre de 1976 entregó al chileno un Memorándum que en síntesis decía:

1. Cesión de Chile a Bolivia de un corredor soberano por el norte de la provincia de Arica, paralelo a la Línea de la Concordia, que se inicia en la frontera boliviano-chilena y se prolonga hasta lindar con la carretera de Arica a Tacna.

2. Establecimiento en la provincia de Arica, a continuación del corredor, de un área territorial bajo la soberanía compartida de los tres Estados, Bolivia, Chile y Perú, situada al sur de la frontera peruano-chilena, entre la Línea de la Concordia, la carretera Tacna-Arica, el casco norte de la ciudad de Arica y el litoral del océano Pacífico. (Dicha área, que tiene la forma de un trapecio, abarca unos 66 kilómetros cuadrados, de los cuales 50 kilómetros están comprendidos en el actual planteamiento chileno-boliviano).

3. Concesión a Bolivia del derecho a construir un puerto bajo su exclusiva soberanía, en el litoral del trapecio.

4. Soberanía exclusiva de Bolivia sobre el mar adyacente al litoral del territorio bajo soberanía compartida.

5. Constitución de una administración portuaria trinacional en Arica.

6. Establecimiento por los tres países de un polo de desarrollo económico en la zona bajo soberanía compartida, en el cual podrán cooperar financieramente otros Estados y organismos multinacionales de crédito.

El Gobierno chileno respondió al peruano el 26 de noviembre, declinando considerar el planteamiento, ya que implicaba una modificación clara y manifiesta de las cláusulas del Tratado de 1929 e incidía en materias propias de su exclusiva soberanía ni tenía relación con los términos generales de la negociación entre Chile y Bolivia. Y expresó que quedaba a la espera de la consulta formulada.

En diciembre de 1976, sorpresivamente el Presidente Banzer, en un discurso de Navidad, propuso que Chile modificara su planteamiento "eliminando la condición relativa al canje territorial". Luego, dijo: "Propongo, asimismo, al Gobierno de Perú que modifique su planteamiento referido al establecimiento de un área de territorio bajo soberanía compartida". Pretendía así dejar sin efecto la condición esencial de la negociación.

El 20 de diciembre de 1975 el Presidente reconoció en la televisión boliviana que las bases constituían un "éxito histórico"; el "trueque de territorios es parte de esa base fundamental"; "Creemos que cualquiera que sea el Gobierno (chileno) va a pedir trueque de territorios". El 14 de febrero de 1976 su Embajador en Santiago dijo: "Estimo que limadas las aristas y solucionados los problemas colaterales planteados en la respuesta chilena, le corresponderá al pueblo de Bolivia reconocer lealmente este triunfo irrefutable..."

El Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea boliviana el 15 de septiembre de 1976 dijo: "La base global de negociaciones da la idea de que pareciera ser la única forma de solución un trueque, porque es bien difícil que un país se avenga a regalar o ceder un territorio; hay que ser bien realista y no creo que el pueblo de Chile ni ninguno del mundo acepte un obsequio de territorios". Luego expresó que las FF.AA. estaban estudiando posibles áreas de trueque.

El 30 de octubre, el Consejo Naval Marítimo boliviano (CONAMAR) hizo público un documento en el que dijo: "No hay mutilaciones, sino canjes, pues cesión de territorios no es lo mismo que canje territorial. Por eso debemos insistir en aclarar las cosas. Daremos una extensión determinada y recibiremos otra de la misma extensión ganando acceso al mar. En las negociaciones diplomáticas, en cualquier parte del mundo, no siempre se llega a las soluciones ansiadas. La historia universal está llena de ejemplos de esta clase. Si se piensa en el canje es porque no hay más alternativa por el momento. Otra solución puede ser la guerra, pero conviene preguntarse serenamente y sin apasionamiento alguno si estamos en condiciones de precipitar un conflicto cuando no se dispone de recursos humanos ni materiales. Volvamos la vista a un pasado sumamente reciente, la Guerra del Chaco y sus dolorosas lecciones".

Durante 1977, el Gobierno chileno hizo nuevos esfuerzos para reanudar las negociaciones sin tener la acogida esperada. El 8 de septiembre, con motivo de la firma de los Tratados del Canal de Panamá, en Washington, los Presidentes de Chile, Perú y Bolivia firmaron una declaración donde anunciaron que instruirían a sus respectivas cancillerías para que continuaran los esfuerzos destinados a solucionar el problema. El 29 del mismo mes se reunieron en Nueva York los respectivos ministros de RR.EE. y convinieron que designarían sus representantes. El 21 de octubre, el ministro peruano anunció que una vez que Chile y Bolivia llegaran a un acuerdo se consultaría al Perú.

El 17 de marzo de 1978 Banzer le envió una carta al Presidente Pinochet en que le comunica que ha decidido suspender las relaciones diplomáticas con Chile.

Con posterioridad el Gobierno peruano levantó la tesis de que había que convenir la delimitación marítima con Chile, en circunstancias que se encuentra consagrada en diversos instrumentos internacionales que ligan a las Partes.

Espero que esta síntesis de las negociaciones de Charaña sirva para recordar lo sucedido y haga meditar a aquellos que aún creen que existe una solución "imaginativa, novedosa o realista" para satisfacer la aspiración marítima reivindicacionista boliviana. De los negociadores bolivianos de esa época siempre escuchamos que las bases de negociación constituían el intento más serio hecho por gobierno chileno alguno.

Soberanía compartida: Lo que dijo el Canciller

Que "está abierto" a la posibilidad de que Bolivia reciba un territorio con "soberanía compartida" en territorio chileno que antes de la Guerra del Pacífico fue peruano, fue la polémica propuesta del Canciller del Perú, José García Belaúnde, el miércoles pasado.

Eso sí. Agregó que dicho planteamiento puede ser contemplado "si respetan las soberanías y derechos" que Perú tiene en la zona, en alusión a los derechos que su país posee sobre uno de los muelles del puerto chileno de Arica, que antes de la Guerra del Pacífico (1879-1884) perteneció a Perú. "Lo importante es que en el tema de la salida al mar de Bolivia, Perú ha sido claro en que no ha sido obstáculo", sostuvo.

Al día siguiente, morigeró sus palabras y sostuvo que la propuesta nació de un diplomático boliviano, pero la llama ya se había encendido.

Reacciones en Chile: Rechazo total

Canciller (s), Alberto van Klaveren: "Nosotros consideramos que estos temas no deben ser tratados por vías que no sean diplomáticas, y, en segundo lugar, nosotros no nos podemos hacer eco de especulaciones sin base".

Ministro Secretario General de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, respecto de los límites marítimos con Perú: "(es una) cosa que Chile considera zanjado definitivamente por distintos tratados y acuerdos internacionales...Todo eso hace más difícil cualquier eventual solución del problema de las reivindicaciones bolivianas".

Ministro Secretario General de Gobierno, Ricardo Lagos Weber: "Hay que esperar que esta postura sea oficial y habrá en su oportunidad una reacción del Gobierno chileno".

Alcalde de Arica, Carlos Valcarce (RN): "Entonces querían que Chile diera el mar ariqueño a Bolivia. Hoy lo reclaman como peruano aduciendo el derecho internacional. ¡No hay seriedad!".

2 comentarios

Mario Fernandez -

Chilenos rechazamos abiertamente cualquier cesion territorial sin compensacion de la misma especie , Bachelet no puede regalar territorio chileno ya que se necesita un referendum para esto eso se puede hacer un canje territorial con equidad y creo que seria aceptado por la mayoria de chilenos de otra manera es imposible ya que chilenos no nos tragamos la idea de Bachelet de un enclave boliviano en Chile, simplemente no gracias.

Paula -

Felicidades, por haber llegado a Deutschland, espero que lo pase bien y se acostumbre luego.