Blogia
Ich heisse Víctor Rojas und habe etwas zu sagen

El libro de Víctor Rojas Vásquez

Es para mí motivo de particular complacencia el tener la oportunidad de presentar el libro de Víctor Hernán Rojas Vázquez: “Chile y Bolivia: Limitaciones y obstáculos que inciden en la relación bilateral 1975-1990”

Realmente, mi permanencia aquí en Chile durante estos últimos cuatro años coincidió y se ha mantenido, de alguna manera ligada, al trabajo académico y de investigación al que Víctor se ha dedicado, por su parte, durante estos coincidentes cuatro años. Cuando se me invitó a trabajar en el Consulado General de Bolivia, como segundo hombre del equipo de trabajo que se estaba conformando al iniciarse el año 2003, mi primera observación fue que yo no era, precisamente, un experto, ni me había mantenido particularmente ligado al análisis y el estudio del complejo tema de la relación bilateral entre Chile y Bolivia.

Durante más de treinta años de trabajo y ahora veinte años en el servicio exterior de mi país, me había dedicado, prácticamente en forma exclusiva, al tema de la integración. Es decir a la coincidente participación de Bolivia en todos los acuerdos, convenios y tratados regionales y subregionales de integración en los que Bolivia, por su triple proyección hacia el Pacífico, el Plata y la Amazonía, se mantiene indiscutiblemente ligada.

En tal sentido, cuando acepté la delicada responsabilidad de formar parte del equipo de trabajo del Consulado General de Bolivia en Chile, lo hice en el convencimiento de que la solución del problema de la reintegración marítima de Bolivia al Océano Pacífico se inscribía, inequívocamente, en el contexto de la integración.
Esta convicción quedó inscrita, a mediados de los años setenta, con la publicación de un periódico especializado en los temas de la integración latinoamericana, bajo la denominación de: “El Integrador”. Esta quimera se constituyó en un proyecto unipersonal de difusión de los ideales y proyectos integracionistas, en un contexto político que pretendía dejar de lado el ideal integracionista que había empezado a forjarse entre nuestros países, al iniciarse la prometedora década de los años sesenta.

Esta vocación por la integración, que me ha acompañado siempre, la compartí con Víctor Rojas a los dos o tres meses de haber llegado a Chile, fecha en la cual el autor del libro que presentamos hoy, era ya, un profundo conocedor de la historia de Bolivia y Chile, particularmente en todo cuanto se refería al curso de las negociaciones que se habían emprendido para la recuperación del acceso soberano de Bolivia al Océano Pacífico.

Fue en ese contexto y oportunidad que tomé conocimiento de la decisión de Víctor Rojas de abordar este tema para su trabajo de tesis de Magíster.

Esta identidad de un joven historiador chileno, con la problemática de la mediterraneidad de mi país, no pudo dejar de llamarme la atención, particularmente por la modestia y prudencia con la que se refieren a los temas más complejos, quienes conocen la complejidad del tema que están abordando.

Por éstas y otras obvias razones, emprendí la lectura del libro “Chile y Bolivia: limitaciones y obstáculos que inciden en la relación bilateral 1975 – 1990” con mucho interés y al ir comprobando tanto la consistencia como la proyección de los juicios que se iban desarrollando en cada uno de los capítulos del libro, me sentí tentado, en más de una oportunidad, a pasar rápidamente al capítulo de las conclusiones que se iban perfilando. Me felicito de no haber cedido a esa tentación, por cuanto la consistencia de esas conclusiones se encuentra sólidamente respaldada por la lectura de los cinco primeros capítulos del libro de Víctor Rojas.

La claridad y la precisión con la que se exponen y se sustentan las ideas inscritas en este trabajo, hace que su lectura pueda ser fácilmente comprendida por todo aquel que se decida a emprenderla y éste es un mérito adicional que se encuentra en el libro de Víctor, sobre un tema plagado de complejidades e intentos por tergiversar o por forzar la lectura de los acontecimientos históricos a la coincidencia de los mismos con la arraigada visión, plagada de prejuicios, que con demasiada frecuencia se encuentra en la mayoría de los trabajos y estudios en los que se aborda esta temática que ha incidido y seguirá incidiendo, tan determinantemente, en el diario acontecer de la proyección y el desarrollo de Bolivia y Chile.

Con el objeto de que todos los que han concurrido a la presentación de este libro tengan la oportunidad de disfrutarlo y de compartir el propósito del autor, no voy a destacar más que una de las identidades de pensamiento que encuentro reflejadas en esta obra y es la de que “LA INTEGRACIÓN ES LA CLAVE, NO HAY OTRA”. Esta es la convicción a la que llega Víctor Rojas como culminación del análisis de la historia de un período concreto de negociaciones sostenido con uno de los gobiernos que, en forma más gravitante y determinante ha incidido en la historia, no solamente del siglo XX de la República de Chile, sino también en la de los inicios de este nuevo siglo.
Pero el trabajo que presentamos hoy no se circunscribe solamente a la investigación y el análisis de la historia. Víctor Rojas incluye en tu trabajo la formulación de una propuesta realmente consistente y viable para la efectiva y definitiva solución del problema del enclaustramiento geográfico en el que se mantiene Bolivia desde hace 128 años.

Para reafirmar lo que acabo de decir y para invitarlos muy sinceramente a leer todas y cada una de las páginas de este breve y consistente trabajo, quiero referirme con alguna precisión a algunos de los puntos centrales que han llamado particularmente mi atención.

En primera instancia, la afirmación que hace el autor sobre que “Chile no renunciará jamás” a continuar la política que se conoce en Chile como “política boliviana”, a partir de los conceptos claros e indiscutibles, nunca suficientemente reiterados, que sostuvo el Ministro de Relaciones Exteriores y posteriormente Presidente de Chile durante la Guerra del Pacífico, Domingo Santamaría, quien fue categórico al precisar que “no olvidemos que no podemos ahogar a Bolivia, privada de Antofagasta y de todo el litoral que antes poseía hasta el Loa, debemos proporcionarle, por alguna parte, un puerto suyo, una puerta de calle, que le permita entrar al interior sin zozobra, sin pedir venia”.

Otro de los conceptos inscritos en este trabajo y sobre el cual habrá que seguir meditando, es que “se observa como una constante de la política exterior del Estado chileno, buscar una solución” a este problema y si bien el trabajo que comentamos el día de hoy se refiere exclusivamente al período de los años 1975 a 1990, tal como señalé al iniciar estas palabras, el autor ha realizado una extensa investigación que ha abarcado el análisis de las diferentes opciones de solución que se han venido planteando para intentar resolver el problema del enclaustramiento marítimo en el que se ha mantenido a Bolivia.

Asimismo, debo destacar que este trabajo tiene además el mérito de incluir en su análisis no solamente un período de la historia reciente, particularmente dinámico y complejo de la relaciones entre Bolivia y Chile, sino también el de los diferentes actores vecinales que incidieron y seguirán incidiendo determinantemente en el curso de las negociaciones que se decidan emprender entre Bolivia y Chile, para resolver el más que centenario problema que sigue interfiriendo, determinantemente, la consecución de los objetivos de desarrollo ya no solamente de Bolivia, sino también la consecución de los desafíos que Chile se propuesto alcanzar en esta nueva etapa de su desarrollo, como plataforma de las inversiones y el comercio del Asia Pacífico con América del Sur.

Para concluir quiero reiterar que el trabajo de Víctor Rojas, además del mérito de la consistencia y de la rigurosidad en la investigación histórica, muy difícil de lograr en tan pocas páginas, tiene la virtud, adicional, de llegar a la formulación de una propuesta digna de tomarse en cuenta.

En tal sentido, formulo una invitación a leer con atención el libro: “Chile y Bolivia: Limitaciones y obstáculos en la relación bilateral 1975-1990”, que nos entrega hoy Víctor Rojas y le deseo muy sinceramente el mayor de los éxitos en la consecución de las nuevas metas que se ha impuesto, un poco lejos de Valparaíso, Santiago y La Paz, pero hoy la única distancia que nos separa es la de unas teclas de computador, seguiremos en contacto y pendientes del resultado de los nuevos desafíos en los que me asiste el convencimiento que seguiremos coincidiendo.

Gracias Víctor Hernán y mucho éxito.

0 comentarios